El tema de la ciberocupación es uno de los que está generando más noticias últimamente. Y no es casualidad. Internet, al ser una herramienta que cada vez le es más accesible a más gente y, por tanto, que va siendo cada vez más y más grande (lo que implica el añadido de nuevas extensiones de dominio, entre otras cosas) se ha convertido, llegados a este punto, en una especie de monstruo sin demasiado control en el que cualquiera puede registrar dominios a su antojo y, con un poco de suerte luego, no ser denunciado o incluso ganar el juicio en caso de que lo imputen. Me refiero, obviamente, a la gente que registra dominios con derechos de imagen, marca o firma.
El año que viene, la ICANN aprobará una nueva oleada de nuevas extensiones de dominio. Los defensores de los derechos de la propiedad intelectual ya se están preparando para la que se avecina… si hasta ahora ya estaban desbordados con el tema del registro de Webs con derechos imaginaos si le meten más extensiones… será un caos en este sentido.
La ICANN, tan permisiva con algunas cosas y tan estricta con muchas tonterías, como siempre, se desvincula de estas cuestiones. Su labor consiste en gestionar las altas y las bajas de todas las clases de dominios, e insisten en que lo que venga después ya escapa a su control. Esperemos que un día no se den de morros contra sus propias palabras.
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